sábado, 20 de noviembre de 2010

Querido Anan

Querido Anan, ha pasado un largo año desde aquella tragedia,
ha pasado un año en el que en mi cielo se ha instalado una nube negra.
Saliste como cada mañana hacia clase, esperabas el autobús para ir a ver a tus amigos,
pero por razones ajenas a los desconocido, te perdiste y escogiste otro camino. 
Empezaste a caminar por aquella zona en ruinas, donde no había ni un solo indicio de vida,
pero te apetecía jugar a ser aventurero, uno de esos divertidos arqueólogos de película,
pero la ciencia ficción queda por detrás de la realidad y eso, nunca se olvida.
Un objeto extraño y llamativo llamó tu atención desde el suelo, corriste a averiguar qué era lo que habías descubierto.
De repente un sonido incesante ensordeció la zona, un pitido angustioso, 
corrías para intentar liberarte, pero tropezaste entre una maraña de cables. 
Tu divertida aventura llegó a su fin, en las películas siempre se salvan los buenos,
pero en las pesadillas no hay más que desconsuelo, 
y más que un largometraje, esto fue uno de mis angustiosos sueños en el que el corazón ya no late.  
Querido Anan, en estos largos trescientos sesenta y cinco días, te he recordado a cada segundo,
en ti y en los que como tú, perdieron la vida por una "causa" que destruye nuestro mundo. 
Y hoy, en tu lápida de apenas metro y medio de tamaño, dejo escrito este papel para que quede grabado,
ellos son más antipersona que la mina en la que posaste tu pequeño pie, 
y seguiremos luchando con cada alma contra el poder de Israel. 

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