viernes, 19 de noviembre de 2010

Atentamente, tu conciencia.

Querido Giacco:

Sé que últimamente pasas por una mala racha, que piensas que nada te sale, que no ves el momento en el que vas a ser completamente feliz. Pero las personas somos ambiciosas, y nunca llegaremos a ser felices, la vida es deseo, y siempre queremos más y más...
Y digo que nunca llegaremos a ser felices porque la felicidad es perfección, y a veces se nos olvida que vivimos en un mundo imperfecto. Pero hay algo que sí se puede conseguir, una felicidad aparente. Para empezar, el valorarte a ti mismo es el primer paso, olvidar los tópicos de siempre. Vale, el exterior cuenta, pero el interior es fundamental, y tú estás lleno de ello. Te caracteriza esa peculiariedad, esa forma de vida. Me encanta cuando dejas de vivir en prosa y empiezas a vivir la belleza de los versos, le comentas al papel todo lo que piensas, te desahogas, y plasmas tu verdad y tus sentimientos para que no caigan en el olvido.
Dame una sola razón para que no merezcas ser valorado tal y como eres, dame una sola. ¿No puedes, verdad? Pero es hora de que cambies el chip. No basta con valorarte solo el día que estés animado, aprende a hacerlo siempre, quizás te ayude a salir del pozo cuando caigas.
Porque... si no te valoras tú, ¿Quién lo va a hacer?
Con esta carta pretendo abrirte los ojos, comunicarte que ha llegado la hora de cambiar, y que por una vez en la vida, aprecies quien eres.

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